15 Mar La importancia del origen

Imagina que estás en el camarote de un barco, en medio del océano. Te rodean millas de agua y no sabes dónde estas, no puedes mirar hacia afuera. Ves una manguera echando agua dentro de tu pequeña estancia, tienes un caldero y un agujero por el que puedes sacarla. Qué haces? La respuesta más rápida será achicar el agua con el cubo lo más rápido que puedas, si no lo haces, todo se llenará de agua y te ahogarás. Bien, ¡adelante! ¡ponte a achicar! Ves como el problema se soluciona rápidamente, cada caldero que echas por el agujero baja el nivel del agua, parece que tu condición mejora, ¡¡estás mejorando!! Pero espera…en el momento en el que te relajas y paras a descansar, la manguera sigue bombeando agua al interior incesantemente. De acuerdo, achica más rápido aún, ¿qué consigues? te estás agotando, tus energías bajan más y más y el problema no se soluciona, ¡no solo eso! cada vez es más grave y estás más cansado. ¿Dónde está el problema? ¿Cuál es la causa? no sabes dónde estás y no estás solucionando aquello que causa el problema. Ok, ¿qué te ofrezco? Vamos a mirar por la ventana del camarote, ¡estás en medio del mar! Y una persistente maquinaria bombea agua al interior. Tu situación acaba de mejorar, sabes lo que te pasa, dónde estás y cómo puedes solucionarlo. ¿Qué tal si aprendemos cómo funciona la bomba e invertimos su movimiento? ¿qué tal si gastamos tus energías en remar hasta tierra? ¡Genial! ahora ya estás encaminado.

Así funciona mi terapia. Puedes sentirte triste, ansioso, tener un problema de alimentación o una adicción, pero ese no es el problema de verdad, eso es fácil de solucionar, pero tienes ese problema por algo, algo que está en tu mente, algo que has aprendido o algo que te pasó hace muchos años. Si tratamos el problema “visible” y no la causa, te verás abocado a caer una y otra vez en un problema mental. ¿Cómo puedo ayudarte? Primero de nada, enseñándote a identificar el problema, segundo, mostrándote de dónde viene, por último, tú solo sabrás mejorar.