29 Abr Duérmete niño
Mejor Psicólogo en Avilés
Se dice que los niños se alimentan de dos cosas, de sueño o de comida. Así que si tienes un niño que come bien, la creencia popular dice que dormirá mal, y viceversa. Muchas veces atiendo a padres que me preguntan cómo hacer para que su hijo duerma. Tras mi experiencia en este tipo de casos como mejor psicólogo en Avilés, les pregunto si lo que quieren es que duerma su hijo o dormir ellos. Entre sonrisas tímidas me suelen responder que necesitan descansar, que el niño no les deja dormir y que no pueden más.
Primero de todo, para que un niño duerma, tiene que estar cansado. El sueño es una función corporal más. Si no ha habido durante el día suficiente actividad física, lo más normal es que el niño no se sienta lo suficientemente cansado como para dormirse por la noche. A veces, ocurre lo contrario, una actividad excesiva a últimas horas de la tarde, puede provocar una sobre excitación que dificulte la conciliación del sueño.
¿Qué hacer? En primer lugar conocer los factores que han ocurrido durante el día, quizás el niño haya estado enfermo y en la cama todo el día, difícil es entonces, que duerma. Otras veces, por los poco naturales horarios que se estilan en la actualidad, puede ser que el niño haya estado en clases extraescolares o actividades deportivas hasta últimas horas de la tarde. Para que se produzca el estado mental adecuado para la conciliación del sueño, son necesarias unas horas de intervalo entre la actividad y el momento de irse a la cama. Tiempo que el cuerpo necesita para ir desacelerando el ritmo y relajándose. Con lo cual, muchas veces pedimos imposibles y que nuestros hijos se adapten a nuestras necesidades y no al revés.
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En segundo lugar, es importante conocer las necesidades fisiológicas del niño, hay algunos que necesitan dormir más y otros menos. Forzar a un niño a que duerma, puede ser una tarea muy frustrante y tediosa. Tanto que acabe con toda la familia estresada y gritando. Ningún niño sano murió por no dormir. Obligar al niño a permanecer encerrado llorando en su habitación, como algunos métodos sugieren, no es más que una tortura para el menor.
Queremos convertir en adultos muy temprano a los pequeños. Les obligamos a que se enfrenten a sus miedos, a la soledad, a la oscuridad. Poco conocimiento tiene un bebé, que es dejado en su habitación. No sabe si su madre volverá o habrá sido abandonado para siempre. “¡Déjale llorar! ¡Para que se acostumbre! Para que se acostumbre, ¿a qué? ¿A estar solo? ¿Ser abandonado? ¿A no necesitar a nadie? ¿A no desear los brazos de su madre? Que sepáis, que un niño que se duerme con este método, no se duerme porque “se ha acostumbrado”. Se duerme de puro agotamiento, estrés y extenuación. Su mente está tan colapsada, que se desconecta, sin más. Una tortura.
Psicóloga en Avilés
Por último, voy a hacer una pregunta: ¿Dónde duermen los gatitos de bebés? ¿Y los perritos? ¿los monitos? ¿Y todos los bebés humanos del mundo a lo largo de la historia hasta que aparecieron las cunas? Exacto, en estos últimos años, queremos cambiar millones de años de evolución. Los mamíferos bebés duermen con los mamíferos adultos. Es una cuestión biológica, de supervivencia. Nuestro cerebro está diseñado para ello. Manda señales de alarma cuando somos separados de quien nos protege, es natural.
Lo que trato de explicar es que el lugar donde mejor va a descansar tu hijo, es en tus brazos, como lo ha sido siempre. Un bebé necesita regular su temperatura, olerte, sentirte cerca, escuchar tu respiración. Todos estos elementos harán que de forma biológica su cuerpo se sienta seguro, y por tanto, se relaje y se duerma.
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