Madre e hija

Tengo unos pacientes, una madre y una hija. Mi paciente es la hija, pero la madre está muy involucrada en la terapia y me ayuda como co-terapeuta. Por desgracia, en este último tiempo, a la madre se le diagnosticó una enfermedad grave, y durante la terapia me dio una gran lección de vida. Estaba triste, disgustada y con incertidumbre respecto a su futuro, y de repente me dijo: “¡pero me considero muy afortunada!” La miré con escepticismo y me explicó que ahora sabía vivir el momento, disfrutar del ahora. Además, se había dado cuenta de todo el apoyo afectivo que tenía y tiene, de toda la gente que la quiere por ser ella, sin más. Me reí y le dije que tenía razón, que siempre podemos sacar algo bueno de cada cosa mala que nos pasa. Que todo sucede por algo.

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