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hago lo que me da la gana, pienso lo que me da la gana y soy lo que me da la gana?

Pues pensarán mal de ti, no lo olvides, eso te lo aseguro, palabra de psicólogo.
Hagas lo que hagas, siempre habrá alguien que piense mal de ti. Y si haces lo contrario, también, y si te quedas a medias, otro tanto de lo mismo. ¿Y sabes porqué? porque cada persona tiene una visión subjetiva y sesgada de la realidad.

¿Te has dado cuenta de todos los debates que surgen a partir de cualquier tema todo el tiempo? Una persona expone su opinión, está totalmente segura de ella, la argumenta y razona a la perfección, parece que tuviera la verdad absoluta y, de repente, viene otra persona y da otra opinión contraria exactamente igual de razonada. ¿Quién es el que piensa bien? Pues probablemente los dos, o ninguno… Yo lo llamo “complejo Facebook” todos mostramos nuestra versión más razonada, culta, abierta y nuestra mejor sonrisa en cada foto. ¿Es eso real? ¿Todo el mundo ríe y es feliz todo el tiempo? Desde luego que no, pero cuando lloramos, eso no lo publicamos en ninguna red, está mal visto, es poco estético, ¿qué pensarán los demás?

Ahora imagina que tienes que tomar una decisión sobre algo en TU vida, repito: TU vida. Puedes tomar la opción que crees que gustará a todo el mundo o puedes decidir hacer lo que realmente quieres. ¿Qué haces? Vayamos a la primera opción, haces lo que crees que será aceptado por todo el mundo. Espera…¿por todo el mundo? ¿Realmente piensas que todo el mundo estará de acuerdo en que lo que estás haciendo es lo mejor? Ok, pensemos que sí, ¡hazlo! haz aquello que consideras que agradará a “todo-el-mundo” Compra ese piso en el centro de la ciudad porque es mucho más inteligente, una mejor inversión y tienes todo a mano. Tú querías una casita a las afueras, pero “todo-el-mundo” piensa que eso sería rematadamente tonto. Bien, llega el esperado día, entras a vivir en tu nuevo y flamante piso y…¿qué pasa ahora? ¿por qué no me siento feliz? Los vecinos son ruidosos, hay suciedad en las escaleras y, visto con perspectiva, no es tan buena inversión como parecía. No has seguido tu criterio, no has sido coherente contigo mismo, no has pensado en ti y, encima ¡Ha salido mal! Espera, hay una segunda parte que aún no te he contado. Ahora “todo-el-mundo” te dirá que porqué no compraste la casita en las afueras que tanto te gustaba, que eso sí que hubiera sido una buena inversión.
Entonces, ¿qué pasa? ¿es que “todo-el-mundo” cambia de opinión cada segundo? Pues sí. No existe una opinión universal, ni una verdad absoluta, ni una creencia estable. Las palabras y los pensamientos de los demás están influenciados por tantos factores que pueden ser una día blancos y otro negros.

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Vayamos a la segunda opción, te compras la casita con finca, ¿eres feliz? Seguro que un poquito sí. Seguiste tu criterio. Ahora puede ser que también surjan dificultades, como que venga el jabalí y te destroce el jardín, pero tú hiciste lo que querías. Igual, hasta “todo-el-mundo” te dice que tomaste la decisión correcta. Después de todo ¿quién posee el conocimiento verdadero y universal?

Vayamos con un poco de teoría. No es una necesidad extrema e indispensable para el ser humano el ser halagado y admirado por cada miembro significativo de su comunidad. Aun en el caso, de que fueras admirado por cada persona importante para ti, no podrías serlo todo el tiempo. Y aún aunque pudieras, eso te llevaría tanto tiempo y esfuerzo que no podrías ser funcional para ti mismo. Dejarías de ser tú para ser el otro, perderías tu identidad y con ello, tu criterio. Hasta incluso empezarías  ser visto como alguien débil e influenciable que no es capaz de dirigir su propia vida.

A lo que me refiero, es que es agradable que la gente piense bien de ti, eso nadie lo puede discutir, pero si haces depender tu felicidad de un factor externo, como es la opinión de los demás, estás condenado a sentirte desgraciado cada vez que alguien piense algo desafortunado de ti, y créeme, siempre habrá alguien pensando que eres horrible. ¿Por qué? bueno, por sus propios prejuicios intrínsecos, es decir, por cómo es esa persona. ¿Te digo otra cosa? Igualmente, te aseguro que siempre habrá alguien pensando que eres maravilloso. Yo siempre pienso que lo mejor que puedes ser es tú mismo. A veces acertarás en tus decisiones, y otras veces te equivocarás. Recuerda que todas las  Navidades te equivocas al comprar el décimo de lotería, ¡nunca compras el que gana el gordo! Claro, es que si supieras cuál va a tocar…Pues lo mismo.

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